Como en la saga de ciencia ficción creada por Ridley Scott, nadie sabe quiénes son los últimos pasajeros en la embarcación que reunirá a los mejores ocho conjuntos durante la primera fase de la Serie Nacional de Béisbol número 55. En aquella claustrofóbica nave ni siquiera sabían que había un octavo integrante, mientras que en la pelota cubana sí se sabe, pero no será hasta dentro de un mes que se conozcan sus identidades.
Así de
peleada ha sido esta etapa inicial, golpeada por notables ausencias, pero
todavía respirando por la entrega de quienes defienden los colores de cada
territorio.
Desde el
comienzo se escaparon el actual campeón, Ciego de Ávila e Industriales, y
Granma no se les despegó en casi todo el trayecto hasta que Pinar del Río
levantó, para completar el cuarteto más estable de este segmento, aunque los
más occidentales matemáticamente deben todavía amarrar su boleto.
Con
altibajos han sobrevivido Holguín y Las Tunas, mientras que Matanzas resurgió
como Ave Fénix, gracias en buena medida a las múltiples variantes aplicadas por
su cuerpo de dirección para fabricar carreras, tras quedarse prácticamente sin
bateadores reconocidos. Parecía inminente la ausencia de los matanceros por
primera vez de la segunda fase, pero a pura garra y sacando el máximo a cada
situación de juego, tanto al ataque como a la defensa, vencieron en sus
subseries particulares a los tres punteros, uno tras otro, precisamente cuando
tenían el agua al cuello. Con este ímpetu y una acertada selección de
refuerzos, podrían incluso volver a colarse en la postemporada, pues solamente
los separan tres juegos del cuarto en la tabla.
Sobre los
últimos pasajeros, tuneros y matanceros, (descarto a Pinar porque solamente
necesitaría ganar dos de siete pendientes) mantendrán la incertidumbre hasta
que se celebren varios de los desafíos suspendidos por lluvia. Isla de la Juventud y Guantánamo,
separados por solamente un juego, son los otros aspirantes a completar la
nómina.
Los
isleños son los únicos que ya finalizaron su actuación, con balance de 25
triunfos y 20 reveses, pero con esa misma cifra pudieran finalizar los otros
tres, pues Las Tunas (25-17) debe tres choques, y Matanzas (25-19) y Guantánamo
(24-20) uno per cápita.
Como se
ve, con vencer en una ocasión tuneros y yumurinos saldrían del atolladero, y de
paso eliminarían a los del Guaso, porque a lo máximo que pueden llegar es a 25
triunfos, y si su empate es solamente contra la Isla, quedan fuera porque perdieron 0-3 el tope
bilateral. Su única salvación es que el empate sea múltiple, y eso los deja
como el único conjunto que no depende de sí mismo.
Bien
enrevesado será todo cuando se jueguen estos pleitos a finales de noviembre, y seguramente
todos saldrán con sus mejores cartas, porque aunque estén clasificados, los
éxitos valen para la segunda vuelta.
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