viernes, 16 de enero de 2015

Siguen los misterios

Por Lemay Padrón Oliveros 

Este lunes la noticia recorrió algunos sitios digitales y redes sociales: el voleibolista cubano Javier Jiménez había sido fichado por el club griego PAOK.
Era toda una bomba periodística, porque se trataba del primer jugador cubano que tras las nuevas medidas de contrataciones en el exterior se iba a Europa, solo.
Esperanzado en poder dar la buena nueva a nivel doméstico con nuevos detalles llamé rápidamente a la Federación cubana de la disciplina, y cual no sería mi sorpresa al constatar que seguimos con los misterios de siempre: nadie podía ni siquiera confirmar la noticia porque el único con potestad para ello, el presidente de la Federación, Ariel Saínz, se encuentra en México para una reunión de la Organización Norte, Centroamericana y del Caribe (Norceca), y no regresaba hasta el lunes siguiente. De más está decir que hablar de esto el lunes siguiente, como no sea para aportar contundentes elementos nuevos, sirve de poco.
El fondo de este comentario es que no acabamos de comprender que la transparencia es el mejor camino para llegar a la afición, y no me refiero a lo sucedido el lunes solamente. Todo el proceso para llegar a la firma y posterior partida del jugador se hizo desde meses atrás, ¿por qué no informarlo debidamente?
No me refiero a comentarlo a modo de susurro al oído de algún periodista, sino de darlo a conocer oficialmente, para evitar los comentarios que inevitablemente han salido después: que si por qué Jiménez nada más, que si por qué no se dijo antes, que cuánto representaría su contratación económicamente para él y para la Federación cubana, en fin, muchísimas interrogantes.
Yo me pregunto, ¿qué le hace más daño al deporte cubano, no informar cuando se toman decisiones valientes y por tanto tiempo esperadas y seguir exponiéndose a que cataloguen a los dirigentes como cerrados (en el mejor de los casos), o dar la nota y tranquilizar a aficionados y hasta deportistas, que se verían esperanzados de verse un día en idéntica situación a Jiménez?
Las negociaciones existen, interés del extranjero no falta, pero aquí tal parece que nada se mueve, porque no se informa. El sueño lógico de cada niño que hoy patea un balón, lanza al aro o esgrime una raqueta de tenis, es jugar contra los mejores del mundo y llegar algún día a liderar su disciplina. Difundir lo bueno que se hace solo puede reforzar su quimera, silenciarlo puede provocar que dé la espalda al deporte y se convierta en otro talento perdido en la desilusión.

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