martes, 31 de julio de 2012

Sánchez-García: la poesía en un tanque de clavados

Por Lemay Padrón Oliveros


Nadie en el mundo se atreve a hacerlo, ya sea por peligrosidad o por evitar el riesgo innecesario, pero los mexicanos Iván García y Germán Sánchez dejaron boquiabierto al mundo entero con su cuarto salto en el concurso de clavados de Londres-2012.
  En ese momento iban quintos en la final de plataforma sincronizada a 10 metros, pero luego de una buena ejecución, detalles de la entrada al agua aparte, saltaron hasta el segundo puesto, y no lo perdieron más.
  García reveló luego de concluir la competencia que jamás se preocuparon por empezar en el último lugar después de dos rondas porque esos dos clavados nunca los hacen bien y quedaban cuatro con mucha dificultad, buenos para remontar.
  Pocos incluyen en su programa el brinco de cuatro vueltas y media al frente con impulso; sin impulso lo hacen ellos dos nada más, y el Complejo Acuático de Londres fue el escenario perfecto para gritarlo a los cuatro vientos.
  Horas antes, García, de 21 años, por 20 de su compañero,  perdió algo de confianza en la ejecución ensayada una y mil veces.
  Lo había fallado dos veces. Le pregunté a Germán si lo repetía y me recordó que a la tercera va la vencida y mejor lo hacíamos en la competencia. Yo sabía que nos iba a salir bien, entonces cerré los ojos y di gracias por lo que iba a vivir, declaró.
  Ambos monstruos con caras de niño se detuvieron al borde de la plataforma, respiraron profundo, contaron "Uno, dos, tres..."  y dieron el salto al vacío, o mejor dicho, a la gloria.
  Los chinos podrán presumir de sincronización y técnica perfecta, pero los mexicanos acaban de poner la poesía y ganar el título de este planeta, porque sencillamente lo de los chinos es extra humano.

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