martes, 14 de febrero de 2012

Un cubano tras el sueño olímpico de la lucha italiana

Por Lemay Padrón Oliveros

El entrenador cubano Mario Olivera lleva sobre sus hombros una gran responsabilidad: mantener a Italia en el medallero de la lucha en Juegos Olímpicos.
Para Mayito no fue sorpresa el oro olímpico de Minguzzi.
Tras el sorprendente oro alcanzado por Andrea Minguzzi en la división de 84 kilogramos del estilo greco en Beijing-2008, adonde llegó sin el aval de una medalla mundial, la nación europea quiere mantenerse en el podio.
Para eso apelaron a Olivera, quien por varios años fue miembro del colectivo técnico de la escuadra cubana de la modalidad clásica, multilaureada en certámenes de todo tipo.
Ya con casi dos años en suelo europeo, Olivera tiene ante sí primer el reto de lograr la clasificación olímpica de Minguzzi, que estuvo a punto de alcanzar en el Mundial de Estambul-2011, donde finalizó octavo y se otorgaban seis pasaportes.
“Confío en que tanto Minguzzi como Daigoro Timoncini (96 kg), quien también estuvo en Beijing y ha ganado medallas este año en todos los torneos donde ha competido, repitan ahora, y por eso estamos aquí en Cuba, declaró en exclusiva.
“En estos momentos estamos preparando la clasificación olímpica en similares condiciones a las que nos enfrentaremos a la hora de la verdad. Serán tres torneos en tres fines de semana consecutivos y por eso luego de entrenar durante dos semanas desde mediados de enero en Cuba partimos a competir en Turquía, luego en Estados Unidos y ahora aquí”, añade.
Tras concluir esta etapa, Olivera no pretende competir más hasta los preolímpicos europeos, ni siquiera en el Campeonato continental de la disciplina, tradicional medidor para apuntar a favoritos en citas estivales.
“En Italia se realizan muchas bases de entrenamiento, a las cuales asisten varios países con sus principales figuras, incluida Cuba, y eso completará la preparación. En los preolímpicos se otorgan solamente dos boletos, así que para ganarlos hay que derrotar a muy buenos contrarios, porque aunque en el Mundial clasificaron varios, todavía quedan oponentes de nivel sin el cupo”, explicó.
¿Hasta cuándo te extrañaremos por acá?
“Ya yo estuve como jefe de entrenadores de Italia en 1997, por eso conozco a Minguzzi desde que era juvenil y sabía de sus potencialidades. Mi contrato actual finaliza en diciembre, pero hay probabilidades de renovar, así que no sabría darte una fecha final.
“No obstante, acá dejé a Filiberto Azcuy haciendo mi trabajo, y me siento muy contento de ver que lo realiza a la perfección. La maestría que alcanzó como luchador la sabe trasmitir a los muchachos y por eso estoy tranquilo, consciente de que el relevo está seguro."

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