martes, 24 de enero de 2012

La estructura del béisbol cubano sigue a debate

Por Lemay Padrón Oliveros

La pasada semana se realizó en La Habana una reunión entre técnicos, especialistas, ejecutivos y periodistas ligados al béisbol, donde el pollo del arroz con pollo volvió a ser la estructura de la Serie Nacional.
Al parecer todo el mundo está convencido de que necesita un cambio, pero todavía no se ha logrado el consenso necesario para tomar una decisión. De lo hablado allí parece prevalecer el criterio de que la venidera campaña se jugará nuevamente con 16 equipos, aunque el sobrante está por determinar.
Metropolitanos sigue siendo el conjunto más en la mirilla, pero su actuación viene siendo mejor que la de Mayabeque y la Isla de la Juventud.
Pero volviendo a la estructura, va tomando fuerza la idea de desarrollar la campaña en dos etapas, una primero con esas 16 novenas, y luego otra con las ocho primeras, de donde se avanzaría luego a una postemporada para sacar al campeón.
Claro, aquí se debe definir qué se hace con los peloteros de calidad de los planteles eliminados, pero ya de eso se hablaría en el futuro.
Pensando en lo mejor para elevar el nivel de la pelota cubana, no creo que sea esta la mejor solución para el campeonato, porque si no se refuerzan los equipos la calidad sigue siendo más o menos la misma y cada provincia seguirá teniendo uno o dos lanzadores de puntería, y nada más. En cambio, si se utilizan como refuerzo, entonces no se trata de un triunfo totalmente legítimo de ese territorio, y la llegada de un “foráneo” pudiera también perjudicar el desarrollo de una figura joven de esa zona.
Por eso me inclino más por la fórmula del baloncesto, donde se realiza el Campeonato Nacional como un torneo de Ascenso, donde actúan todos los talentos del país observados por la Comisión Técnica. Luego de ese torneo se conformarían ocho equipos con nombres genéricos, pero localizados en una ciudad específica. Por ejemplo, si se le va a poner Tomateros, serían los Tomateros de Artemisa, por decir algo, siempre que Artemisa haya finalizado entre los ocho primeros.
Pero aquí viene lo más polémico. Las ciudades donde más béisbol se juega no deben quedar fuera, y por eso abogo porque Pinar del Río, La Habana, Santa Clara y Santiago de Cuba tengan puesto fijo en esta Liga Superior. En el caso, bastante raro en la historia de los últimos 40 años, de que uno o dos de estos conjuntos no finalizara entre los primeros, los últimos clasificados cederían su puesto.
La conformación de los nuevos combinados merece un trabajo aparte, pero primero habría que ver qué tal cae esta nueva idea.

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