Instalado desde hace años como el número uno en la división de 75 kilogramos en Cuba, solamente se ha perdido un torneo importante desde el año 2005, el Campeonato Mundial de Milán-2009, y eso porque estaba todavía en recuperación de una lesión.
Sin embargo, la confianza del colectivo técnico se ha visto afectada por varias derrotas sufridas en la pasada temporada, primero en el Campeonato Nacional por equipos de mayo, luego en el certamen del orbe de Bakú, en septiembre, y finalmente en el Playa Girón de diciembre pasado.
En todos los casos se trata de oponentes sin aval, en casa el camagüeyano Ramón Luis las dos veces mencionadas, y en suelo azerbaijano el rumano Bogdan Juratoni, quien no pasó del bronce en esa justa.
Esos fracasos, agravados por un estilo caótico entre las 12 cuerdas, y una total ausencia de un plan táctico coherente pese a las indicaciones de su esquina, arrojan más oscuridad al futuro de Correa.
Los primeros meses del año serán cruciales para el también medallista de bronce mundial de Mianyang-2005, pues seguramente participará en la tradicional gira europea (esta vez el Memorial Bocskai de Hungría y el Strandja de Bulgaria), con todas las miradas sobre él.
De sus presentaciones en esos certámenes dependerá mucho su nominación para el preolímpico de América, previsto del 4 al 13 de mayo en Río de Janeiro, Brasil, donde Cuba buscará sus tres plazas restantes a la cita de Londres-2012, y quizás permute alguna, pero eso es tema para otro comentario.
Es verdad que Luis no tiene experiencia alguna fuera de la Isla, pero así empiezan todos alguna vez, y la paciencia tiene un límite, aunque se trate de un atleta de grandes resultados.
Correa sabe lo que tiene por delante, esperamos que lo asuma y saque el extra para mantener vivo su sueño de alcanzar en la capital británica el oro esquivo en la china.
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