miércoles, 26 de octubre de 2011

La otra Longoria


Por Lemay Padrón Oliveros

Guadalajara.- No es una esposa desesperada, está muy lejos del glamour de la esposa del baloncestista francés Tony Parker, pero Paola ha sido la Longoria más famosa de los XVI Juegos Panamericanos de Guadalajara-2011.
   Su deporte tampoco es de los más famosos: el racquetbol. Ni siquiera forma parte del programa olímpico, por lo cual esta cita continental es como los Juegos bajo los cinco aros para sus practicantes.
   Sin embargo, pocos deportistas arrancaron más portadas durante estos días que Paola Longoria, ganadora de tres medallas de oro en Guadalajara-2011: individual, dobles y por equipos. Lo mismo había conseguido en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena-2006 y Mayagüez-2010.
   Entre los más épicos estuvo el título colectivo, el último que alcanzó, pues a esas alturas ya la potosina tenía un esguince de segundo grado en el tobillo izquierdo y dio el punto decisivo.
   Varias dosis de cloruro de etilo y mucho corazón bastaron para terminar y ganar en el primero duelo del tope, pese a que su contraria trató de moverla bastante para mermar su desempeño.
   Perdió el primer set 14-15 ante la estadounidense Rhonda Rajsich, líder del escalafón mundial, pero con furia regresó para desaparecer a su contraria de la cancha con dos lapidarios 15-6 y 11-1, como para demostrar que es la número uno de esta disciplina en el continente.
   Sus certeros golpes hacia las esquinas y su velocidad de reacción se convirtieron en un valladar infranqueable para sus oponentes en cada salida al Complejo de Racquetbol, donde su compañera de equipo Samantha Salas la secundó a la perfección y no hizo falta jugar por parejas.
   Previamente había obtenido el cetro personal ante la propia Rajsich igualmente en tres sets, y de la misma manera, tras haber caído en el parcial inicial: 12-15, 15-10 y 11-9. En ese misma fecha ganó el dobles con Salas ante Rajsich y Aimee Ruiz en tres segmentos: 15-12, 5-15 y 11-5.

UNA FIERA ENJAULADA

Con rostro de niña  a sus 22 años, y apenas 1.64 metros de estatura, cuando hacía su entrada al rectángulo de competencias se transformaba en una fiera enjaulada, y cada una de sus víctimas puede dar fe de ello.
   La Peke, estudiante en la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica en la Universidad Autónoma de Nuevo León, es toda una figura en México, con su propio programa de televisión y uñas decoradas al estilo de la exatleta Florence Griffith Joyner.
   Para la mexicana fue un premio justo al sacrificio de tantos años, en especial el de hace apenas un mes, cuando no pudo festejar como es tradicional las fechas patrias de su país porque se preparaba para este evento.
   La ganadora del Premio Nacional de Deporte en 2010 y encargada de encender la antorcha que viajaría rumbo al pebetero tapatío ya era famosa por haber ganado varios títulos mundiales, pero ahora el país completo se ha rendido a su pies como la Reina nacional de los Juegos.
   Si a algún mexicano se le hacía indiferente hasta estos días, se los ganó con esta frase tras ganar el cetro: ¡No iba a permitir que se llevaran el título de México!

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