Adiós a Ronaldo, el Fenómeno del fútbol mundial

Por Lemay Padrón Oliveros

La noticia era esperada, pero no pude evitar que la tristeza me embargara, porque de ahora en adelante estaré condenado a ver a mi futbolista favorito solamente en imágenes de archivo.
Ronaldo Luiz Nazario de Lima, el Fenómeno, dijo adiós este martes en el amistoso Brasil-Rumanía y dejó al fútbol golpeado con la ausencia de uno de sus talentos más brillantes, tocado desde pequeño por los dioses del más universal.
La técnica, rapidez y potencia del nacido el 22 de septiembre de 1976 en Río de Janeiro, lo llevaron a firmar muy joven su primer contrato profesional con el Cruzeiro, donde anidó 49 balones en las porterías rivales en 50 partidos.
Su enorme talento enseguida llamó la atención y se marchó a los 17 años al club holandés PSV Eindhoven, de donde saltó en la temporada 1997-1998 al Barcelona español, en cuyas filas anotó 48 goles en 51 partidos e inexplicablemente fue vendido.
Tal operación causó tanto rechazo en quien escribe que de una vez y para siempre dejé de apoyar al once blaugrana y me mudé al Real Madrid, donde disfruté como nunca varios años después con la incorporación del brasileño.
Pero antes de llegar allí, el delantero de 1.83 metros de estatura había dejado atrás unos inicios en los cuales fue presa fácil de los defensas por su esmirriado físico, y se había convertido en una mole de músculos difícil de frenar.
Su habilidad para estar en el lugar adecuado en el momento adecuado y sus movimientos de cintura conformaron una mezcla muy difícil de digerir para cualquier zaga, ridiculizada como si enfrentara a un enfurecido búfalo.
Hoy con 34 años, el mayor goleador de la historia de las Copas del Mundo y titular del orbe en Estados Unidos-1994 y Surcorea/Japón-2002 no podía más con sus endebles rodillas.
El desmesurado peso provocado por un hipotiroidismo, confesado hace unos meses como un mazazo a todos aquellos que se burlaron de él, pudo más que cualquier defensa, portero, entrenador o hasta mujer que intentó dominarlo.
Sí, porque fuera de las canchas fue también un Fenómeno, capaz de conquistar (y romper) corazones a diestra y siniestra, pese a no ser precisamente un hombre atractivo físicamente.

UNA CARRERA LLENA DE ÉXITOS

El doble merecedor del Balón de Oro de Europa (1997 y 2002), una del Mundial (1998), tres de la FIFA (1996, 1997 y 2002) y también dos veces ganador de la Copa América (1997 y 1999) dejó pocas cosas por colocar en sus vitrinas.
La Copa de la UEFA estuvo también entre sus títulos, pues la conquistó en 1998 vistiendo los colores del Inter de Milán, casi recién llegado a la Liga italiana, y solamente se le escapó la Liga de Campeones.
Su momento más amargo fue la final del Mundial de Francia-1998, cuando víctima de convulsiones horas antes del partido contra los anfitriones no pudo ayudar a su selección en la derrota 0-3, cuando partían como favoritos.
Entre 2002 y 2007 R9 integró las filas del Real Madrid de los Galácticos, indistintamente junto al francés Zinedine Zidane, el portugués Luis Figo o el inglés David Beckham, donde se coronó en la Supercopa y la Copa Intercontinental de 2002.
Con el once merengue ganó la Liga de 2003, pero otro personaje siniestro decretó el fin de su pacto con el club de mis amores: el técnico italiano Fabio Capello, quien ignoró olímpicamente su talento y no contó con él.
Las incongruencias de Capello fueron tantas que fue despedido al cierre de esa misma temporada pese a conquistar la Liga, como mismo le pasó en 1997 en ese mismo conjunto, en un hecho digno de récord mundial.
Ese 2007 fue aciago para Ronaldo, pues no pudo celebrar la Liga conquistada por el plantel blanco, ni tampoco la Champions del Milán AC, porque ya había alineado en ese torneo con su anterior plantel, aunque algunas fuentes le dan el cetro ibérico de esa campaña.
Como dato curioso, tras pasar al conjunto rossonero se convirtió en el único futbolista de la historia en jugar los clásicos Real Madrid-Barcelona y Milán AC-Inter de Milán con las cuatro camisetas.

BATALLA CONTRA LAS LESIONES

Tres operaciones de rodilla mermaron notablemente su carrera profesional, la primera en noviembre de 1999, de la cual aparentemente se había recuperado pero lo volvió a golpear a solo seis minutos de su regreso en abril de 2000.
Entonces el veredicto fue mucho más grave: rotura total del tendón rotuliano, y muchos pensamos que no lo tendríamos más en pantalones cortos.
Estas graves lesiones hubiesen terminado con la carrera de la mayoría de los futbolistas, pero se trata de un Fenómeno, y por eso volvió por sus fueros, como un Ave Fénix.
El Mundial de Surcorea/Japón-2002 nos devolvió su mejor cara, y no paró hasta conseguir ocho goles, único en sobrepasar la cifra de seis en estas lides desde Alemania-1974, para encarrilar el último título planetario de Brasil.
Sin el brillo de épocas precedentes Ronaldo logró en Alemania-2006 batir el récord de goles en Copas del Mundo, al cerrar con 15 perforaciones en tres ediciones como jugador, pues en Estados Unidos-1994 no saltó al césped.
La derrota 0-1 contra Francia en cuartos de final de la cita germana fue su último encuentro hasta este 7 de junio con la casaca auriverde, con la cual cerró como segundo máximo goleador histórico (62 en 97 choques), solamente superado por los 77 de Pelé.
Pasado totalmente de peso, pero haciendo mutis de su padecimiento, R9 partió del Real Madrid para el italiano Milán AC, donde nuevamente su rodilla dijo no en febrero de 2008.
Sus últimas filigranas las vimos con el Corinthians de Sao Paulo, con el cual ganó la Copa de Brasil (Brasileirao) y el Campeonato de Sao Paulo (Paulista), los únicos títulos de su historia.
Pero el físico siguió cobrándole cuentas y en definitiva lo obligó a decir adiós antes de lo previsto.
No obstante, pasará el tiempo, pero sus seguidores jamás olvidaremos sus fantásticos goles, como tampoco su sonrisa franca en la que dejaba ver sus dientes botados y separados más de lo normal.